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8.10.10

UN LIDER DEBE TENER ESTABILIDAD EMOCIONAL ,CORAJE Y TEMPLE

¿SI ALBERTO HUBIERA QUEDADO EN LA MINA  HABRÍAN SALIDO ?

¿SI EL GOBERNADOR SE PELEA CON TODOS HUBIERAN SALIDO VIVOS?
 

La estricta organización y los roles que les permitieron mantenerse con vida
Cómo fueron los 17 días de los mineros sin contacto con el resto del mundo

Tras un fuerte estruendo, pasaron varias horas en medio de una nube de polvo. Intentaron escapar por un ducto de ventilación. Se ordenaron bajo el mando de Luis Urzúa para dormir sobre cartones húmedos, "ducharse" bajo una filtración de agua y comer cada 48 horas dos cucharadas de jurel y medio vaso de leche. Yonny Barrios se encargó de velar por la salud del resto. José Henríquez, de las plegarias. Mario Sepúlveda, de los chistes. Y cuando arriba ya se perdían las esperanzas, ellos percibían cada vez más cerca el ruido de las sondas y comenzaban a soñar con un rescate.  
Guillermo Muñoz y Gabriel Pardo Desde Mina San José Jueves 5: Un día normal

Suena el celular. Pero no es una llamada. Es el despertador de Mario Gómez. Él lo escucha todos los días a las seis de la mañana. Así que, semidormido, le pide a Lilianet Ramírez, su mujer, que prenda la luz. Ella la enciende. Pero todavía sintiendo la tibieza de la cama al despertar le pide a su marido que no vaya a trabajar. Que mejor cambie el turno y dediquen el día para iniciar los trámites de su jubilación, que ya han postergado demasiado. Mario Gómez es minero desde hace más de 30 años, tiene 4 hijas, y ni siquiera el accidente con explosivos que tuvo en un pique y que le quitó tres dedos de una mano le ha hecho dejar su oficio. Esta vez, al ver la cara de su mujer, duda si ir a trabajar o no. Pero después de unos minutos se levanta y parte.

Angélica Ancalepi está contenta. Le tiene una sorpresa a su esposo, Osman Araya. Hoy ella se levantó temprano, hizo arroz y frió una hamburguesa para que él tuviera una comida que le gustara en el largo turno de la mina. Osman, de 30 años, lleva sólo cuatro meses en la San José, porque antes era colectivero en el pueblo de Lautaro. A él no le gusta este trabajo, pero lo aceptó por necesidad.

Todavía no son las 8 de la mañana. En la plazoleta Juan Pablo II, de Copiapó, pasa el bus que lleva al yacimiento. Así que Claudio Yáñez, de 33 años, da un fuerte silbido para alcanzarlo. Dejó en casa a su mujer, Cristina. Y a sus dos hijas, Arlenne, de 8 años, y Madeleine, de nueve meses. Claudio y Cristina llevan diez años juntos y hace tiempo que quieren casarse por la Iglesia. Antes de partir, ella siempre le dice: "Negro, ten cuidado en esa mina". "Tranquila, negra, si yo sé dónde hay que pisar", le responde él. El bus se detiene y Claudio lo alcanza a tomar. Y sonríe al saludar a sus compañeros.

Después de recorrer 50 minutos sobre un camino de tierra rodeado de áridos cerros, decenas de mineros llegan a la faena. El turno va a comenzar. Así es que hay que marcar tarjeta a las 9 de la mañana. En la entrada, junto a la barrera de fierro, una garita contiene un tablero con decenas de nombres escritos a lápiz pasta.

Estruendo y nube de polvo

Al fin viene la hora de la colación. Es un momento de relajo. Son las 13:30 del jueves 5 de agosto y las labores se han interrumpido en la mina San José. Las perforadoras han dejado de perforar. Las camionetas 4x4 que están en las rampas se detienen. Así que se alcanzan a escuchar las voces de los mineros caminando con sus almuerzos en la mano. O "choca", como le dicen ellos. Un grupo espera que un vehículo los movilice hacia la superficie.

Es un jueves con polvo y roca de día normal hasta que a las 13:40 horas un estruendo hace sentir un fuerte remezón. Están a 700 metros de profundidad y sienten como si todo el cerro se viniera encima. Se tambalean con el movimiento sobre sus zapatos de seguridad. Toda la galería de roca se llena de polvo. Se corta la energía. Hay total oscuridad. Los mineros desorientados intentan encender las linternas de sus cascos. Cinco horas permanece esa nebulosa en la que incluso cuesta caminar.

Empieza a atardecer en Copiapó y se sabe de la noticia. Hubo un derrumbe en la mina San José. La intendenta de Atacama dice que la información preliminar indica que no hay heridos. Pero por la noche ya se habla de 25 mineros desaparecidos. Luego 34. No hay certezas. Las familias de los trabajadores que no han sido ubicados comienzan a llegar desesperadas al lugar. Un equipo del GOPE llega a iniciar las labores de rescate. El ministro Laurence Golborne viaja a la mina.

Debajo de sus pies, a 700 metros, comienza a pasar la nube de polvo, pero el aire es difícil de respirar. Los mineros se reúnen y se cuentan: ellos ahora saben que son 33. Y les preocupa lo que sucedió con el resto que iba saliendo de la mina. Ahí, entre el polvo y la oscuridad hay dos mineros que son hermanos, Florencio (31) y Renán Ávalos Silva (29). Y cuatro que son primos: Esteban Rojas Carrizo (44), Pablo Rojas Villacorta (45), Ariel Ticona Yáñez (29) y Víctor Segovia Rojas (47). Dos que son amigos desde niños, que son vecinos y que entraron a la mina el mismo día: Pedro Cortés (25) y Carlos Bugueño Alfaro (26). El mayor del grupo es Mario Gómez, con 63 años, y como nunca tuvo hijos hombres le tiene gran estima al más joven, Jimmy Sánchez, que apenas cuenta 19 años. También está el ex futbolista que alguna vez jugó con Iván Zamorano en Cobresal, Franklin Lobos (53), quien es el encargado diariamente de ir a buscar a los mineros y trasladarlos a la superficie.

El aire todavía es espeso. Los mineros quieren escapar y van en busca de uno de los ductos de ventilación del yacimiento. Pero, aunque la ley lo exige, cuando llegan al ducto no hay ninguna escalera. Era la única opción de salir.

De todos modos, dos de los más jóvenes, desesperados por escapar, se aventuran a escalar la roca con las manos húmedas para llegar al ducto. Aunque logran avanzar unos metros, no lo alcanzan. Esos intentos se repetirán en las primeras 48 horas. Y los dejarán con magulladuras.

Arriba, el Gobierno intenta reaccionar. El Presidente Sebastián Piñera dice desde Colombia: "Haremos todo lo humanamente posible para rescatarlos con vida" y suspende su gira. Pero el sábado, luego de que los rescatistas intentaran bajar por el ducto de ventilación y hay un colapso de la estructura, todo se altera. Golborne dice, con voz temblorosa, parado en un ambiente de alta tensión en medio de los familiares que han llegado hasta la mina: "No me pida que esté alegre, las noticias no son auspiciosas". El rescate se suspende en busca de otra solución. El Mandatario cierra una de sus intervenciones a los parientes de los desaparecidos diciendo "que Dios nos ayude". Nada más.

El domingo 8 llegan a la zona las primeras máquinas de perforación, provenientes de mineras de Antofagasta y de la División Andina de Codelco. Avanzan 100 metros por día, por lo que, afirman las autoridades, el plazo para contactarlos es de una semana. Los familiares comienzan a instalarse justo encima del lugar donde se encuentran sus seres queridos. Duermen en sillas. Hacen fogatas. Pasan frío.

En las entrañas de la tierra, los mineros permanecen juntos y tienen calor. Hay por lo menos 30 grados y la humedad no deja respirar. El espacio que tienen para moverse es de unos dos kilómetros en total. Pero se agrupan en una galería cercana al taller y al refugio de la mina. El refugio no es otra cosa que una bóveda de 10 metros de largo por cuatro de ancho. Los primeros días van a revisar la zona del derrumbe, pero es inestable. Optan por no acercarse más.

Simular el día y la noche

Desde un principio deducen que deben estar trabajando para rescatarlos. En los primeros días se organizan para la supervivencia. El jefe de turno, Luis Urzúa (54), quien es topógrafo y tiene cursos de rescatista, sigue siendo el líder, pero hacen "asamblea" a diario para ponerse de acuerdo en las medidas que tomarán.

Lo primero es la comida. El primer día comparten "la choca" que cada uno llevaba. Pero lo siguiente es racionar el alimento. Revisan el refugio. Ahí hay tarros de atún, leche y algunas conservas.

Esta es una emergencia. Una grave. Acuerdan comer dos cucharadas de atún, medio vasito de leche y media galleta cada 48 horas. Nadie puede salirse de esa norma. Todos acatan. No saben cuánto puede tardar el rescate.

En el espacio donde se encuentran hay algunas camillas y ahí se tienden. Pero la mayoría no tiene dónde dormir, por lo que acomodan cartones en el suelo. Otros duermen en el refugio, pero con el paso de los días el estrecho lugar comienza a oler mal.

El sector en el cual están tiene filtraciones de agua. Durante todo el día se oye cómo escurre copiosamente. El suelo se moja. Cuesta dormir bien.

En una de las jornadas deben repartir un tarro de duraznos en conserva entre los 33.

Y los días pasan. Los mineros no han perdido la noción del tiempo. Saben la hora y la fecha. Ellos simulan el día y la noche encendiendo y apagando las luces de sus cascos y de los vehículos que hay dentro de la mina: un camión, un cargador y una perforadora. El electromecánico Edison Peña (34) es el encargado de cargar las baterías.

No es el único que tiene un rol subterra.

El mecánico hidráulico Raúl Bustos (40) se fue de Talcahuano buscando nuevos horizontes después del terremoto. Ahora construye un sistema de mangueras para abastecer de agua la zona donde se encuentran sus compañeros. Mientras que el único boliviano del grupo, Carlos Mamani (23), quien también emigró de su país soñando con oportunidades en Chile, colabora a duras penas en la habilitación del sistema.

El encargado de cuidar la salud es el perforista Yonny Barrios (50), que aprendió a poner inyecciones desde niño a su madre para tratar su diabetes y maneja conocimientos paramédicos.

También llevan un diario. Y es el electricista Víctor Segovia (48), quien laboralmente acostumbra a hacer el "report" en la mina, el que lo escribe.

Arriba, el registro es otro: el lunes se anuncia que la sonda avanza más rápido de lo esperado; el miércoles, el jefe del equipo de rescate, André Sougarret, dice que una de las sondas tomaría contacto con los mineros el domingo. El jueves, Golborne dice que las esperanza de encontrarlos vivos "es baja". Ese mismo día se cumple una semana del derrumbe y a las 14 horas en el campamento suenan sirenas y bocinas. Los familiares lloran. Al día siguiente, los dueños de la minera San Esteban Primera, Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn, dicen que cumplieron con todas las medidas de seguridad. Y cuando llega el esperado domingo, se descarta toda posibilidad de que los rescatistas lleguen al refugio. Encontraron las vías bloqueadas por una roca de 700 mil toneladas, a cerca de 150 metros del lugar donde estarían los 33 mineros. La sonda ahora es la única posibilidad y tampoco da con ellos.

Rezar a diario y jugar dominó

Ahí abajo, los mineros rezan a diario. Y uno de los que se encarga de mantener elevado el espíritu del grupo en medio de las rocas es José Henríquez (54), quien ha sido predicador de la iglesia evangélica. Es difícil verlo alterado, incluso a 700 metros de profundidad. Les dice que no hay que perder la fe. También se suma a las oraciones Osman Araya, quien toca la guitarra los domingos en misa. Claro que en esa caverna no hay música.

El lunes 16 una sonda, a 500 metros, da con un caserón que no aparece en los mapas.

Arriba, en el campamento hay carpas por doquier, pancartas con fotos de los mineros y sus nombres escritos con piedras blancas en el cerro más cercano. Más 33 banderas chilenas que los simbolizan. También un improvisado punto de prensa donde Golborne suele pararse sobre un cajón de madera. También un comedor que reparte desayuno, almuerzo y cena para cualquiera que esté presente en el lugar. A toda hora en el mesón central hay sempiternamente un plato repleto de galletas.

Abajo, en cambio, media galleta, medio vasito de leche y dos cucharadas de atún para cada uno cada 48 horas.

Comienza una nueva semana para los mineros y los síntomas de malestar aumentan. Varios tienen problemas estomacales. Los provoca el consumo del agua industrial con la que cuentan. Se hace más evidente la pérdida de peso y de energía de los trabajadores.

La temperatura se mantiene en 30 grados. Los menos optimistas empiezan a sospechar que no habrá escape. Que puede ser el fin. Y algunos llegan a creer que sus compañeros irán muriendo uno a uno. Pero no lo comentan.

Aunque hay otros más duros, como Juan Illanes (51), quien le cuenta al grupo que estuvo en la frontera con Argentina como cabo primero para el conflicto del Beagle, en 1978. Para él, ésta es como una segunda hazaña que hay que superar.

Para evitar la desesperación de los más inexpertos, Mario Sepúlveda (39), oriundo de Santiago, con dos años de experiencia en la San José, le cuenta chistes al grupo. Arriba, su hija Scarlet, sin saber aún de su padre, relata que "tiene condiciones de líder" y que seguro está alegrando al resto abajo.

Sienten la sonda

El jefe de turno, Luis Urzúa, y otros hombres mayores como Mario Gómez intentan combatir la desazón insistiendo en el cumplimiento de labores rutinarias como irse a bañar a una galería cercana al nivel 130, donde cae agua de napas subterráneas que los trabajadores bautizan como "la ducha". Para trasladarse hasta ese lugar, los mineros ocupan una máquina manitour que les evite un exceso en el gasto de energía que significa la subida a ese sector.

De todos modos, tratan de entretenerse con un dominó que crearon con papelitos recortados en rectángulo y pintados con plumón. Y se turnan para hacer guardia.

El miércoles el Gobierno anuncia que una sonda llegó a 670 metros, a sólo 30 del objetivo. Y al día siguiente otra alcanza los 726 metros de profundidad, sin dar con el refugio donde estarían los mineros. Los parientes, molestos, marchan protestando hacia la entrada de la mina. Piden que pirquineros puedan intentar el ingreso a la mina y el Gobierno se opone. No saben ni pueden enterarse que es precisamente esa sonda la que no dio con el refugio, la que les da esperanza a los 33 hombres en el fondo de la mina. A esas alturas ya se siente el ruido muy cercano. Pero algunos, entre el barro, la humedad y el calor que les obliga a mantenerse 24 horas con el torso desnudo, sospechan que la salvación pasó definitivamente de largo.

Muchos vuelven a sentir desazón y el viernes siguiente es uno de los días más tristes bajo la mina, aunque la roca permite que los mineros puedan escuchar que otra sonda se aproxima. La mayoría del tiempo se mantienen inmóviles. Les ha crecido barba. Pesan de 8 a 10 kilos menos.

El sábado el ruido se hace cada vez más fuerte y a las seis de la madrugada del domingo una sonda despierta a parte del grupo rompiendo por un costado de la caja del refugio. Los mineros atrapados se apuran para dar señales hacia arriba de que están vivos. Golpean rítmicamente la sonda con martillos, luego la marcan con pintura roja y amarran al metal una bolsa que contiene dos mensajes: una carta de Mario Gómez a su esposa y una frase escrita en un pedazo de hoja de cuaderno: "Estamos bien en el refugio los 33". Como un final feliz, pero sólo era un principio.

Jueves 5

Desplome en la mina

A las 13.40 se produce la tragedia. A las 19:00 se envía a un grupo de rescatistas del GOPE y en la noche llegan decenas de familiares al lugar, los cuales se quejan por la falta de información entregada por la empresa, ya que la emergencia se hizo pública cuatro horas después de ocurrida. Denuncian las precarias condiciones de trabajo. "Es una mina muy peligrosa. Todos los años hay muertos, porque la mina tiene muchas grietas", aseguró Lilian Ramírez, esposa de Mario Gómez. La intendenta de Atacama, Ximena Matas, dice que "la información preliminar indica que no hay heridos y que los mineros se encuentran en buen estado".

Viernes 6

Pirmeras faenas de rescate.

Unos 130 rescatistas trabajan en el yacimiento, 26 de ellos deciden bajar por la chimenea. Se suman Bomberos, Carabineros, PDI, Onemi, Sernageomin y equipos de rescate de las universidades de Atacama, de Los Andes y de Antofagasta. Javier Castillo, jefe del sindicato de la mina San José, denunció que la falta de seguridad "era conocida y que la posibilidad de una tragedia había sido advertida".

Desde Colombia, el Presidente Piñera emite su primera declaración: "Se hará todo lo humanamente posible para rescatarlos con vida", y envía al ministro de Minería, Laurence Golborne, que llega a la mina a las 02.00 horas. También arribaron el ministro de Salud, Jaime Mañalich, y la ministra del trabajo, Camila Merino.

Sábado 7

El día en que casi establecen contacto

Tras haber estado a 100 metros de los atrapados, 9 rescatistas que descendieron por la chimenea fracasan el primer intento de rescate. Esa tarde, Golborne se quiebra ante los familiares por el incidente y dice a las familias que no hay alternativas de corto plazo. Piñera retorna de Colombia, y a las 21 horas visita a los familiares que acampan en el lugar. Los diputados Isabel Allende (PS) y Lautaro Carmona (PC) proponen una comisión investigadora en el Parlamento.

Domingo 8

Comienza la operación con sondas

Llegan las seis primeras máquinas de perforación, desde mineras de Antofagasta y de la División Andina de Codelco. Se informa que avanzan 100 metros por día, por lo que el plazo para contactar a los mineros sería de una semana. Según los familiares, los empleadores ofrecían altos sueldos para atraer a trabajadores a un yacimiento complejo, porque poco personal quería enfrentar los altos riesgos. Los rescatistas señalan que las faenas para establecer contacto demorarían una semana, mientras que un mes el rescate.

Lunes 9

Ofensiva judicial

La Fiscalía Regional de Atacama inicia una investigación para determinar las responsabilidades y Golborne abre un sumario contra la minera San Esteban. Anton Hraste, ex director regional de Sernageomin, revela que la mina cerró en 2007 por fallas de seguridad y que "nunca debió haber reabierto". Desliza que presiones políticas fueron la razón de la reapertura. El senador RN Baldo Prokurica denuncia que en Atacama, Sernageomin cuenta con dos fiscalizadores para 600 faenas mineras. La Moneda decide triplicar los recursos para Sernageomin. Piñera va por segunda vez a la mina.

Martes 10

Escollos con el sondaje

La sonda que estaba más avanzada se desvía a los 300 metros de profundidad. Debe ser recalibrada y empezar de nuevo.

El Gobierno presenta a Andrés Sougarret, gerente de la División El Teniente de Codelco, como líder de las operaciones de rescate. Asimismo unas 500 personas participaron en una procesión en honor a San Lorenzo, el patrono de los mineros, en el campamento que cobija a los familiares de los atrapados en el yacimiento. El obispo de Copiapó, monseñor Gaspar Quintana, ofició una misa a la que también asistió la Primera Dama, Cecilia Morel. El intenso frío, con temperaturas de -2° C que se registran cada noche, no logra hace mella en el espíritu de quienes esperan un feliz desenlace.

Miércoles 11

Es descabezado el Sernageomin

Mientras el Ejército provee de carpas y baños químicos a las familias que acampan en la zona, en Santiago el Presidente Piñera anuncia un proyecto de reestructuración de Sernageomin. También pide la renuncia al director del organismo, Alejandro Vio, y al subdirector y al director regional. Sougarret anuncia que una de las sondas tomaría contacto con los mineros "el domingo", y paralelamente se comienza a trabajar en un bypass para permitir el ingreso de los rescatistas a la zona que está bloqueada por el derrumbe.

Jueves 12

Cunde la desesperanza

El fiscal regional de Atacama, Héctor Mella, incautó una serie de archivos y carpetas históricas de la mina, que incluso datan desde sus inicios en 1889 y que estaban en las oficinas del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), tanto en Copiapó como en Santiago.

A mediodía, Golborne insiste en no tener muchas esperanzas de éxito: "La posibilidad de encontrarlos con vida es baja". En la tarde sería contradicho por el Presidente Piñera: "La esperanza del Gobierno está más viva que nunca".

Viernes 13

El principal dueño de la mina, Marcelo Kemeny, habla por primera vez con la prensa y afirma que ha colaborado con el rescate. Su socio, Alejandro Bohn, descarta anomalías en reapertura del yacimiento. El Gobierno anuncia que en 48 horas, una de las sondas debiera llegar al lugar donde se encuentran los mineros. Además, se prueban las primeras "palomas" con las que se debería enviar agua y alimentos a los mineros una vez que las sondas alcancen el refugio.

Sábado 14

Nuevos escollos

El Presidente Piñera visita por tercera vez la zona, y anuncia que "no habrá impunidad" para los responsables. Se retiran las dos sondas más avanzadas y se agregan barras de Australia y de Estados Unidos. Ello hace la excavación más precisa, pero más lenta.

El anuncio del retraso en el rescate causó desazón. Con llantos y desmayos salieron los familiares luego de la reunión con Laurence Golborne, quien les informó que la única opción para llegar a sus seres queridos son las sondas de perforación, y que habrá esperar por un tiempo largo

Domingo 15

Cunde la desesperanza

El Gobierno descarta la posibilidad de que los rescatistas lleguen al refugio, luego que, bajando por una segunda chimenea, encontraran las vías bloqueadas por una roca de 700 mil toneladas, a cerca de 150 metros del lugar donde estarían los 33 mineros. Entonces, los sondajes se transforman en la única forma de llegar a los atrapados. "Ha habido muchas dificultades producto de las características de la mina, de los derrumbes, de la inestabilidad y de las fallas geológicas", explicó Piñera.

Lunes 16

Se prevé crisis mayor

Una de las sondas, a 500 metros, llega a un caserón que no aparecía en los mapas. Ésta es retirada y recalibrada. "Estamos definiendo una alternativa por fuera de la mina. Eso significa aprovechar alguno de los sondajes que tenemos como medio de guía para hacer un túnel de acceso de mayor tamaño", señala Sougarret. La sonda más cercana de los mineros está a 539 metros.

Un equipo de comunicaciones de la Secom llega a la zona para manejar posibles conflictos con las familias. Psicólogos y religiosos refuerzan apoyo a familiares.

Martes 17

Se buscan planes de contingencia

Golborne y Sougarret inspeccionan la vecina mina de San Antonio para evaluar la posibilidad de construir un túnel por ahí hacia la mina, mientras que los familiares son autorizados a ingresar al sector de los trabajos. Gobierno restringe responsabilidad de accidente a Sernageomin tras acusaciones contra el Ministerio del Trabajo. El actor mexicano Diego Luna dedicó a familias de mineros el estreno de "Abel", su primer largometraje de ficción como director. "Es un sufrimiento que ni siquiera puedo imaginar", señaló.

Miércoles 18

Resurgen esperanzas y se buscan culpables

El Gobierno informa que hay un sondaje a 30 metros del grupo atrapado. Ex director de Sernageomin Alejandro Vio reconoce, ante la comisión investigadora de la Cámara, irregularidades en la reapertura, y culpa al director subrogante, Patricio Leiva, quien firmó decreto de reapertura. La ex directora del Trabajo María Ester Feres afirma que el gobierno de Michelle Bachelet reaccionó frente a "presiones empresariales" para reabrir la mina San José.

Jueves 19

Alegría, deseo y decepción

La sonda más avanzada llega a 726 metros de profundidad y no encuentra el refugio, pero bajo la tierra los mineros escuchan las perforaciones, deducen que las sondas fallan por pocos metros. En la superficie se culpa a la empresa por la inexactitud de los mapas. Los parientes pierden la paciencia e intentan con pirquineros, taladros y máquinas percutoras ingresar al yacimiento, señalan que el Gobierno no los escucha.

Dos filas de carabineros se instalaron en la barrera y desarticulan la manifestación después de una serie de forcejeos.

Viernes 20

Noticias optimistas

Un monitoreo que se hace introduciendo una cámara en el agujero dejado por la sonda más avanzada muestra que el derrumbe no habría llegado al nivel donde están los mineros. Diversas ceremonias religiosas y velatones continúan para reforzar el ánimo y la esperanza entre quienes aguardan que sus parientes salgan con vida desde el fondo del pique. Un documento de la comisión investigadora de la Cámara da a conocer que fallas en seguridad de la mina fueron conocidas por la ex ministra Karen Poniachik en 2007.

Sábado 21

La cúspide de la expectación

Se anuncia que la Sonda 16, a 644 metros, estaría llegando al refugio al día siguiente; al igual que la sonda 10B, que está a 606 metros.

Piñera dice que en el sector donde están los mineros habría aire y oxígeno. "Al procesar la información que estamos obteniendo de los rescatistas de Codelco, de que hay algunas diferencias importantes en cuanto al destino de sus sondajes versus su objetivo al cual están previstos llegar (sector del refugio o taller de herramientas)", aseguró el dueño de la mina, Alejandro Bohn

Domingo 22

El día que conmovió al mundo

A las 5:50 de la mañana, la Sonda 10B rompe en 688 metros. Se escuchan ruidos de gente que golpea el tubo. El ministro Golborne sube precipitadamente a la mina a las 7 AM. A las 8:20, Golborne observa un punto rojo en el "martillo de la sonda". Acuerdan mantener esa información en reserva, pero el rumor de que están vivos se disemina por el desierto. A las 10:45 el ministro saca un papel de cuaderno que hace historia. "Estamos bien en el refugio los 33". Los rescatistas desbordan de emoción. Gritan, rezan, lloran y se abrazan. El mundo se impacta.

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